La frustación, ese sentimiento que todos tenemos, pero que debemos saber aprovechar ¿Por qué? Os preguntaréis, pues porque la frustación ese sentimiento de querer y no poder, sean las circunstancias que sean, ayuda a que cuando tienes algo que hacer, personalmente, sea mejor, porque tus experiencias, por llamarlas de alguna manera, te ayudan a mejorar y a crecer como personas.
También hay que tener en cuenta que no siempre se puede hacer lo que uno quiere, porque eso tampoco es plato de gusto para la propia persona, ni para las que tienes alrededor, pero hay que aprender a ceder. ¿Ceder? Sí, un nuevo concepto que nos lleva a otra reflexión, ¿hasta que punto debemos ceder? Ceder es bueno, pero no desmesuradamente, porque nos llevaría de nuevo a nuevas frustaciones, valga la redundancia.
Todos queremos escuchar y ser escuchados, o por lo menos debería ser así. Yo te escucho a tí, pero después tu me escuchas a mí. ¿no? Percatandonos de no herir los sentimientos de los demás, porque nadie se merece un desprecio, ni la persona a la que más odies, ni tampoco colmar de elogios a la persona que más quieras o admires. Todo tiene su punto o contrapartida.
De todas formas, en todos los términos hay ciertas cosas que nos hacen o ayudan, mejor dicho, a evadirnos de esas frustaciones generadas a lo largo de nuestra vida cotidiana, sin lugar a dudas para mí, es el deporte en general y el esquí en particular.
Si no tienes algo que te ayude a evadire, a salir, a liberar...no sé empieza buscar... Cada persona somos un mundo, y cada mundo tiene sus normas, leyes. No puedes irrumpir en el mundo de otra persona, porque como es bien sabido por todos mi libertad empieza, donde termina la tuya.
Tras esta entrada tan metafísica, por que no tiene otro nombre, espero que sigais vistando el blog, jejeje. Pero hay veces que necesitamos descargar "eso" que tenemos dentro con alguien, y en este caso os ha tocado a vosotros.
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