13 de abril de 2008

Todos tenemos prioridades en la vida, unas más fuertes que otras, unas más importantes, pero todos y cada uno de nosotros las tenemos. A veces pensamos que están cubiertas con simplemente un beso, otras veces necesitamos de prácticamente toda la vida para llegar a conseguirlas.

Los deseos, creo, están unidos a las prioridades, pero no sabría explicar cómo y en qué medida. Los deseos que tenemos para el futuro los tenemos en nuestra cabeza, incluso a veces impresos en un papel para que no se olviden, porque como todos sabemos, las palabras se las lleva el aire. Dentro de esos deseos unos son más fuertes que otros. No es lo mismo desear hacer puenting, que llegar a tener una casa con jardín, son deseos los dos, pero de diferente medida o de diferente presupuesto económico.

Hacer puenting lo puedes hacer en “cualquier momento”, pero adquirir una vivienda no, tienes que tener dinero, en caso de no ser así, un avalista, una vez que ya has conseguido todo eso, buscar la casa o casas que te gusten, pero además pensando en el futuro que quieres conseguir, no es lo mismo una persona que no quiera tener hijos, que una persona que quiera tener 8. Todo varía de las personas, circunstancias y demás.

Para poder llegar a conseguir esos deseos tienes que ir dejando de hacer cosas con otras personas o incluso trabajos, tienes que priorizar tú tiempo. En el caso de los estudios, si quieres sacar buenas notas, debes priorizar, sobre todo en el periodo de exámenes, el tiempo que vas a dedicar al estudio, y no salir o salir menos. Suena a madre o padre que te echa la bronca por no estudiar, pero las cosas son así. Otro ejemplo más banal, si te quieres poner moreno en invierno, debes priorizar tu tiempo para poder pasar más tiempo en la lámpara o los rayos…tiempo que podrías destinar a otros quehaceres sino quisieras ponerte moreno.

Son ejemplos reales, que nos pueden pasar a todos, tú eres el que debe decidir que debes hacer, y cuanto tiempo quieres destinar a esa tarea, si con la realización de ella no molestas a nadie más.
En el caso de las parejas es algo más complicado, porque puede haber errores considerables a la hora de las prioridades, porque no son las mismas para uno que para otro. Lo que para uno de la pareja puede resultar prioritario, para el otro puede resultar una nimiedad, pero es la pareja quien debe considerar cual es el punto medio para los dos. Ya lo decía Aristóteles, “la perfección se encuentra en el justo medio”. El justo medio que quiera poner cada uno, claro está, en el medio que cada uno considere oportuno.

No entraré en más detalles de las parejas, porque si cada persona ya es mundo, cada pareja un universo…en el que nadie, salvo la propia pareja, debe inmiscuirse.

De todas formas las prioridades se hacen en función también de disponibilidad, no sólo de deseos, porque puedo tener una prioridad en la vida, por ejemplo, a mi me encanta esquiar, pero hay veces que no puedo, o bien porque no hay nieve, o porque estoy enferma en la cama. A eso me refiero con disponibilidad, no todo se puede realizar, pero también hay que esforzarse en poder hacer las cosas que uno quiere las que desea y las que tiene como número uno en su lista de “necesito hacer……… para sentirme bien”.


1 comentarios:

Anónimo dijo...

Azucena:
Que bien te expresas y que dificil el mundo de pareja pues para lo que uno tiene prioridad para el otro son tonterias y etc etc.
Me a gustado tu reflexion sigue asi.
Un beso
azucena